lunes, 6 de diciembre de 2010

tormenta del segundo día

Después de transmitir la palabra del Señor Google a sus fieles respecto al tema del segundo día de la creación del mundo, me voy a permitir, desde mi humilde posición terrenal, mencionar algunas cosas que se me vinieron con esto de la bóveda celeste, el agua arriba y el agua abajo. Un popurrí de enganchaditos que no tienen mucho que ver entre sí, pero que responden a la tormenta de ideas que está siendo esta [post]producción del mundo.

La primera que se me inventó fue la destilación. Me imaginé al creador frente a un alambique haciendo la separación de las aguas ("vos parriba vos pabajo y después van cambiando") y dejando el aire al medio. La wikipedia dice: "La destilación es la operación de separar, mediante vaporización y condensación, los diferentes componentes líquidos, sólidos disueltos en líquidos o gases licuados de una mezcla, aprovechando los diferentes puntos de ebullición (temperaturas de ebullición) de cada una de las sustancias ya que el punto de ebullición es una propiedad intensiva de cada sustancia, es decir, no varia en función de la masa o el volumen, aunque sí en función de la presión."
Toda una tarea creativa.





Lo otro que pensé fue en relación a la palabra "bóveda". Viendo las imágenes que puso la Vani de bóvedas para acercar el cielo a la tierra me acordé de este grabado del astrónomo Camille Flammarion, que apareció en el libro "L'Atmosphere: Météorologie Populaire", en 1888. Al pie tiene este texto: "Un misionero de mediana edad dice que ha encontrado el punto en el que el cielo y la tierra se tocan..."



La bóveda arquitectónica acerca el cielo al hombre, y la astronomía acerca el hombre al cielo.



También me acordé de una versión de bóveda que tiene como objetivo algo así como una recreación del mundo, si es que éste que tenemos se agotara del todo. Una especie de semilla del mundo, al menos del mundo vegetal: la bóveda de semillas de Noruega, o "Bóveda del fin del mundo", como parece que le dicen.







También me acordé del oráculo I Ching y su particular organización del mundo.

El hexagrama K'an,"Lo Abismal", tiene el trigrama K'an (el agua) duplicado.




Hexagrama 1Arriba K'an, lo abismal, el agua
Hexagrama 1Debajo K'an, lo abismal, el agua

Solución general: Al ser un signo doble, el peligro también lo es. Se trata de un peligro objetivo, no de una actitud mental nuestra, por lo tanto, es necesario ser conscientes de él y aceptarlo al igual que aceptamos cualquier cosa que viene de nuestro exterior y que no podemos controlar y dominar.
Se puede salir del peligro. Para ello hemos de imitar al agua en su proceder. El agua no deja de fluir y rellena todos los lugares por los que pasa, pero solo hasta sus bordes. Cuando rellena un hueco sigue hasta el siguiente, y no retrocede ante ningún sitio peligroso y, sobre todo, el agua aunque cambie de forma, aunque permanezca en lo mas bajo, aunque se mezcle con otras substancias, nunca pierde su verdadera naturaleza; siempre es agua. Así, el hombre nunca pierde su naturaleza original, solo que es necesario quitarle los contaminantes y sacarla del abismo de la ignorancia en la que se encuentra.

3 comentarios:

  1. me encantó lo del i-ching, y soy re ichinera! jeje

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  2. Muy buenas reflexiones, interesante "braining guading". Lo de la bóveda del fin del mundo es raro, no?. Es una especie de necesidad de creación del mundo... ah! no éramos los primeros con la idea? O de conservación absoluta... quizá tenga que ver con lo extremo e inhóspito del clima de Noruega, que esta gente se pone a invertir semejantes sumas por si....? no se exactamente cuales son las hipótesis pero "La bóveda es impermeable a la actividad volcánica, los terremotos, la radiación y la crecida del nivel del mar, y en caso de fallo eléctrico, el permafrost (capa de hielo permanentemente congelada) del exterior actuará como refrigerante natural"

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